No todas las prendas precisan de los mismos cuidados y las indicaciones mencionadas en las etiquetas no siempre son suficientes. Descubre nuestros trucos y consejos para lavar tus prendas delicadas con el máximo cuidado.

Jerséis, blusas, ropa deportiva o artículos de lencería son algunas de las prendas que pueden requerir un cuidado especial. Te explicamos cómo hacerlo según los diferentes tipos de tejidos delicados que te puedes encontrar.

Seda

Es un tejido natural y delicado que no puede ser tratado como las fibras sintéticas.

Lavado: Es un tejido muy frágil y es preferible lavarlo a mano, salvo cuando se menciona en la etiqueta. En ese caso, programa la lavadora para tejidos delicados a 30 °C. Para el lavado a mano, mete la prenda en agua templada con detergente, pero no la dejes en remojo. A la hora del aclarado, puedes añadir al agua fría unas gotitas de vinagre o de limón, esto agilizará el aclarado y conseguirás devolver el brillo natural a la seda.

Secado: La seda no soporta que se frote o se retuerza. Evita colgarlas, ya que se deforman fácilmente. Pon a secar la prenda en posición horizontal y sobre una toalla, así absorberá la humedad.

Planchado: Prohibido vaporizar la prenda con agua para evitar arrugas. Es preferible no exponer directamente la seda al contacto con la plancha. Pon encima de la prenda un paño o toalla para planchar la prenda, que siempre se debe hacer a baja temperatura.

Lino

El lino es un tejido fresco y natural, ideal para la época de verano. Es suave y resistente y requiere un cuidado especial para que no se dañe. En cualquier caso, no olvides mirar antes la etiqueta.

Lavado: Hay que quitar las manchas antes de lavar. Lava a máquina a menos de 30° para preservar los colores y el tejido natural. Es conveniente utilizar un detergente que no dañe las fibras.

Secado: Las prendas de lino no se pueden secar en la secadora, puesto que hay riesgo de que encojan.

​Planchado: El lino es un tejido que se arruga con facilidad, por eso se recomienda planchar cuando aún está algo húmedo, así las arrugas saldrán con mayor facilidad. La plancha debe estar caliente. Si la ropa de lino posee algún bordado se debe planchar del revés y sobre un paño o toalla.

Cashmere

El cashmere es una de las fibras naturales más finas y lujosas del mundo. Al ser un material frágil, es mejor lavarlo cuando sea estrictamente necesario. Hay que tener un cuidado especial con este tipo de prendas, pero te verás recompensada por la buena calidad que muestran a lo largo del tiempo.

Lavado: No metas jamás este tipo de prendas dentro de una lavadora o una secadora porque sólo estropearás las fibras y su color. El cashmere se lava a mano y para ello se utiliza agua tibia y un detergente similar al que usas para prendas de lana, como lo es un detergente para prendas delicadas. No dejar en remojo demasiado tiempo ni frotar excesivamente. Aclarar con agua fría delicadamente.

Secado: Escurre la prenda sin retorcer. Enrolla el cachemir en una toalla y después deja secar en una superficie plana sobre otra toalla seca. No utilices nunca la secadora.

Planchado: Si es necesario planchar, no utilices una plancha demasiado caliente y hazlo suavemente por el lado del revés.

Lana

La lana es muy frágil, no debe lavarse a temperaturas elevadas ni lavar con productos a base de cloro. Se recomienda lavar a mano, pero se puede lavar a máquina si se mezcla con otro tejido y se usa un programa específico para prendas delicadas. Verificar siempre las recomendaciones de la etiqueta y usar un programa corto sin centrifugado.

Lo mejor para el lavado a mano es disolver en agua templada un poco de detergente para prendas delicadas. No utilices productos agresivos, lejías ni prelavados y no te excedas en la cantidad de detergente utilizado. Frota delicadamente y aclara varias veces en agua templada.

Los expertos recomiendan secar las prendas al aire libre y en posición horizontal. También hay secadoras que disponen de un programa especial "acabado lana" que cuidan perfectamente este tipo de tejidos.

Es un tejido que no se arruga fácilmente, por lo que se puede prescindir del planchado. Si se hace, siempre a baja temperatura y con la prenda del revés.

Viscosa

La viscosa es una fibra no estática fácil de teñir, hecha de celulosa de madera. A menudo se denomina "seda artificial" y también se le conoce popularmente con el nombre de rayón. Su alta absorbencia hace que sea una tela delicada de lavar.

Si en la etiqueta de tu prenda de rayón especifica que no se puede lavar a máquina, debes hacerlo a mano, en agua fría y con detergente neutro. Ten cuidado al manipular la ropa: el rayón es extremadamente frágil cuando está húmedo.

Si estás segura de que tu prenda es apta para el lavado a máquina, deberás programar un ciclo para ropa delicada y meter esta prenda junto con otras similares, para asegurarte que no se dañan ni se desgarran los tejidos unas con otras. Otra alternativa, es meter las prendas de rayón es una bolsita específica para el lavado y así evitar que se deterioren.

Secado: Evita la secadora, podría encoger las prendas. Mejor sacudirlas cuidadosamente para quitar el exceso de humedad y secar al aire libre.

Planchado: muy importante, planchar siempre del revés, sino se pueden quemar y derretir las fibras, creando brillos que no se podrán eliminar. Para una mejor protección de la prenda es preferible plancharla cuando esté aún ligeramente húmeda.

Estos son los pasos más habituales que se utilizan a la hora de lavar este tipo de prendas. En cualquier caso, recomendamos siempre leer las etiquetas. Allí verás las características específicas de la ropa y los cuidados particulares que precisan. ¡Cada prenda es un mundo! Esperamos que estos consejos te sirvan de ayuda y los pongas en práctica para cuidar y alargar la vida de tus prendas delicadas.

¿Cada cuánto lavas tu sujetador?

Aquí tienes la respuesta más sincera, tus sujetadores te lo van a agradecer. Toma nota y sigue estos consejos.

La ropa interior es uno de nuestros tesoros más preciados, la compramos por necesidad pero tiene cierta connotación erótica que nos hace sentirnos guapas y sexies cuando decidimos renovarla. ¿La pieza estrella? El sujetador, un compañero que nos acompaña durante casi toda nuestra vida y con el que en ocasiones no terminamos de llevarnos bien.

Para muchas mujeres es complicado dar con su talla, ya sea porque tienen mucho o poco pecho, otras no encuentran los diseños con lo que sueñan y algunas se quejan de que los renuevan constantemente. Muchos mitos y leyendas sobre una prenda que es mucho más sencilla de lo que crees y que con los mimos adecuados puede llegar a durar más de un año en tu armario. Vamos al lío.


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Olvídate de todo lo que te contó tu madre sobre el sujetador, incluso de lo que comentaban tus mejores amigas en el vestuario del colegio; el sujetador no se lava todos los días, y quien diga lo contrario miente. Claire Chambers, propietaria de la tienda de lencería de lujo Journelle recomienda lavar el sujetador después de 5 o 7 puestas. Obviamente esta regla varía en función de qué hayas hecho con el sujetador, no es lo mismo si has practicado deporte con el puesto (debes lavarlo de inmediato), si has salido a bailar o si simplemente lo has llevado durante una jornada laboral.

Encaje, seda, algodón, terciopelo, el sujetador probablemente sea una de las prendas más delicadas de tu vestidor. Protege y cuida de forma adecuada tus piezas favoritas, lo agradecerás.

1. Lava a mano todos tus sujetadores: recopila varios brasiers del mismo color, sumérgelos en un recipiente con agua templada y añade un chorrito de detergente para prendas delicadas. Muévelos un poco y déjalos en el agua durante 5 minutos. Ya están limpios, ahora solo debes aclararlos correctamente, escurrirlos sin retorcerlos y dejarlos secar sobre una superficie plana.

Si por alguna razón el extremos dónde lo abrochas está más sucio de lo normal, frótalo un poco hasta eliminar cualquier resto de piel muerta o manchita.

2. Evita el agua a altas temperaturas: estropea las fibras de la tela, los elásticos y disminuye la intensidad de color.

3. Si recurres a la lavadora... hay algunas reglas esenciales que no debes olvidar: mete las prendas en una bolsita de malla para proteger tu sujetador de posibles enganchones con otras prendas, elige un programa delicado, utiliza el mismo detergente que utilizarías para el lavado a mano y jamás introduzcas tu sujetador en la secadora. El lavado a máquina puede dañar los aros, aplastar la copa o incluso reducir el relleno.

4. A la hora de guardar tus sujetadores, elige un cajón concreto en el que poder colocar ordenadamente tu lencería. Nosotros siempre los ponemos a modo cucharita, es la forma más adecuada y aprovechas mucho el espacio. Si tienes algún modelito muy especial que solo usas en ocasiones especiales, envuélvelo en papel de seda, se mantendrá intacto.

¿Has tomado nota de todo? Recuerda que el resto de tu lencería (braguitas, camisones, picardías...), también requiere un cuidado especial para mantenerse en perfecto estado. Te dejamos con una selección muy sugerente para esta temporada. ¡Date un capricho!

Fuente: www.enfemenino.com


 

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